No Te Soporto!! (4)

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Como sigo sin tiempo para ver nada, no tengo mucho de lo que comentar últimamente así que parece el momento perfecto para seguir extendiendo odios, que hace mucho que no lo hago.

Empezamos con Pedro, el profesor de gimnasia de El Internado. Tiene pinta guarrete y no le soporto. Parece un viejo chocho y su presencia o me molesta o me aburre. Es un personaje que interesa muy poco y sus tramas nunca llegan a nada. Menos mal que parece que le van a dar puerta porque sobretodo estos últimos episodios ya no podía soportarle con tanto dramatismo.


Si sois listos no os habréis enganchado absurdamente a Privileged como yo (si es que cuando llego agotada mentalmente es lo mejor!). Aunque haya mejorado ligeramente, no es mucho mejor que cuando os hablé de ella. Hay unos cuantos personajes irritantes en esta serie y podríais pensar que es Sage, la hermana borde, la que se lleva la palma a la estupidez. Realmente es insoportable y me pone de los nervios cuando pone ojitos pero es a Laurel Limoges, la abuela, a la que no puedo ni ver. Ya no es solo esa cara botoxomizada que da más miedo que la niña del exorcista sino esos morritos que pone cuando actúa y los aires con los que entra y sale de escena. Puaj. Además, para mi desgracia, el episodio de esta semana tenía una gran parte centrada en ella. Esperemos que no sigan por ese camino.. y ya no sólo porque no la soporte sino porque es aburridísimo.

Friday Night Lights tiene un superpoder (bueno, varios) que reside en la capacidad que tiene de acercarte a unos personajes de filosofía.. cuestionable. Muchas veces no comparto los ideales de los personajes (incluso de mis favoritos) pero ese mundo está tan bien construido y es tan coherente que no solo no se odia sino que se entiende. Buddy Garrity es un ejemplo de personaje facilmente odiable, pero consiguen no sólo que le aceptes sino que te guste. Pero a quien no soporto es a Angela Collete, la madre de Tyra. Es tan absurda y tan sumamente estúpida que me frustra! (si, FNL me provoca hasta ira a veces.. y me encanta por ello). No sólo que esa cara de rata me de repelús, sino que cada vez que abre la boca es para encajarle ahí una pelota de futbol americano y que no la vuelva a abrir jamás.

Qué a gusto se queda una, oye.