Como todo reality, un talent show depende de muchos factores. Uno esencial es el casting, esa colección de personalidades que favorezcan el rechazo o la admiración y enganchen al espectador, como en la mejor serie de ficción. Un jurado competente, elocuente y con juego también es vital, pero si hay algo fundamental en éste formato es la implicación del espectador a la hora de juzgar lo que se tiene delante.
El nivel de participación del espectador cambia mucho dependiendo del tipo de talent show al que nos refiramos. Con los musicales, está claro: canta bien o canta mal. La personalidad y el carisma son esenciales, los resultados de algunas votaciones del público con concursantes cuyo talento era gritar con gallos así lo han demostrado, pero sea como sea, ésta valoración desde casa fomenta la discusión con los acompañantes (o en las redes sociales, que es lo que se lleva ahora) y un buen jurado también es fundamental en este estadio.
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