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Con motivo del escaseo de series y de la proliferación de promos de la segunda temporada, decidí que era el momento de ponerme en serio con la nueva serie de Alan Ball. Como se puede adivinar por el título, me ha decepcionado y han sido los comentarios positivos y promesas de mejora lo que ha hecho que siguiera episodio tras episodio.
Cuando acabó la temporada, aparecieron muchos comentarios en la red que leí por encima y esa aparentemente opinión común de que era una gran serie ha sido lo que me ha animado. Pero ahora, aunque me llevaré palos en los comentarios, tengo que hablar de los motivos por los que True Blood no me parece en absoluto para tanto.
Sookie.
Podría protagonizar un "No te soporto" ella solita con su forma de ser caprichosa, inmadura y absurda. Y no me hagáis hablar de la habilidad que tiene para cambiar de humor, olvidarse de las cosas y estar feliz de la vida cuando los cadáveres brotan a su alrededor. Es insultantemente tonta y su lógica carece de toda ídem. Anna Pakin tampoco ayuda. Al comenzar la serie me planteaba incluso dejarla sólo porque no soportaba su "interpretación" (ni a su personaje): sobreactuada y con un acento sureño más falso que un billete de 6 euros. No se si porque de verdad mejora con los episodios o simplemente te acostumbras, pero pasada la mitad de temporada conseguí superarlo y soportarla medianamente. Os prometo que estuvo a punto de hacerme dejar la serie.
Y por cierto, no ha aparecido mucho en esta temporada pero parece que tendremos niñata vampira para rato en la segunda y lo siento pero tampoco la soporto. Puedo con una Sookie pero no con dos.
Vampiros que han salido del ataúd.
Uno de los factores que más me llamaban la atención de True Blood era la idea de una comunidad vampírica que se encuentra al descubierto en la sociedad. Se sabe de su existencia e incluso intentan vivir de la misma forma y los mismos derechos que los humanos. Evidentemente esto genera polémica y a no todo el mundo le hace gracia que seres que llevan matando siglos ahora habiten entre humanos como si nada. Desgraciadamente, la serie no aprovecha en absoluto esta rama y nos dan pequeñísimas dosis por medio de unos debates televisivos y por la reacción de los protagonistas de la serie, pero no tratan el tema desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto y yo creo que es un gran error. No encontrarme con esto ha sido otra gran decepción.
Evolución de las tramas.
Quizá sea el peor rasgo de la serie. Hay potencial, y mucho, y no voy a negar que existen tramas altamente interesantes (de las que hablaré más adelante) pero todos y cada uno de los episodios dejan tras de sí una sensación común y es que no existe un equilibrio entre todas las historias. Algunas se dejan olvidadas durante un par de episodios, otras avanzan muy rápido y de repente se frenan, se abren flancos que no se vuelven a tocar. No existe un patrón, una evolución constante y coherente de las cosas y desde luego la forma de enlazar unas con las otras, de equilibrarlas, no es nada hábil y es por esto que True Blood nunca llega a despegar. No hay ningún episodio que digas: wow, este ha sido bueno. No. Hay momentos, cosas puntuales, clímax conseguidos pero en general es un popurrí mal mezclado de tramas cuyo resultado no es nada satisfactorio.
Además CASI todo está tratado como de puntillas. No me llega a importar quién es el asesino, no me causa ningún tipo de emoción (y mira que es raro en mí) la relación entre Sookie y Bill ni la falsísima supuesta tensión sexual entre Sam y Sookie o el hecho de que Jason se meta él solito en todos los fregaos. No consiguen que me conecte con las tramas o los personajes.
El caso principal.
Vamos a ver, señor Ball... ¿Cuál es la historia principal de su serie? ¿Bill y Sookie?¿Los asesinatos (y el asesino)?¿Reflejar la lucha vampiros vs. humanos? Esta última desde luego es uno de los temas generales (como ya he dicho, desaprovechado) pero aunque podría parecer claro que el caso principal son las muertes y su culpable, constantemente (y como consecuencia de lo que comentaba en el punto anterior) se pierde el norte de lo que se está contando y esta espina dorsal no está bien definida ni desarrollada. La resolución de los asesinatos es forzada (aunque se predecía desde que el culpable de repente adquiere su propia trama) y el punto final, el clímax, como bien explica Thursnext, es totalmente erróneo y se carga cualquier posibilidad de ofrecer un último episodio tenso y trepidante.
Desaprovechar el potencial.
En definitiva, la sensación general con True Blood ha sido de decepción. Los elementos están ahí, existen y tienen muchas posibilidades, pero no las han aprovechado ni de lejos.
Pero no quiero ser injusta y dejar sin mencionar algunos elementos de la serie que sí he disfrutado y que, mayormente, han sido los motivos que me han hecho continuar.
Tara, Tara y más Tara.
Es un personaje fascinante con una historia aún más fascinante. Rutina Wesley y Adina Porter (Tara y su madre respectivamente) son dos fabulosas actrices (sobre todo la madre) que le han dado una fuerza y una personalidad a sus personajes únicas y la historia que ambas protagonizan no sólo es la más interesante sino la más potente, la mejor llevada, la más emotiva y con tanta fuerza...
Otros secundarios.
Ha sido gracias a los buenos secundarios que he llegado hasta el final con la serie. Tara es la más destacable pero hay otros que hacían los capítulos algo más llevaderos. Aunque relación de Sam con Sookie es forzada y está mal llevada, el pasado de éste me interesa mucho. Cómo se ha enfrentado y vivido con su condición. También me gustaba mucho la idea del perro guardián, es una pena que no lo hayan explotado más. Es otra de esas cosas que dejan a medias y han perdido antes de poder usarla.
Lafayette me resulta extremadamente divertido. Su estilo de vida, todo lo que representa en ese mundo humanos contra vampiros y su personalidad hacen de él un soplo de aire fresco para los episodios. Una pena que parece evidente que no le disfrutaremos en la segunda temporada.
Como habréis notado, no soy especialmente fan de Jason. Todas sus tramas no me interesaban prácticamente nada y era lo mismo una y otra vez. Lo único más interesante es su relación con el vampiro contable, pero se acabó muy rápido. Y es una pena lo de Jason porque es incluso más protagonista que Bill, un personaje infinitamente más interesante que los dos hermanos Stackhouse. Ese episodio en el que descubrimos cómo se hace vampiro, y refiriéndome a esa parte en concreto, es una de las cosas que más me han gustado. Quiero ver más de Bill, quiero ver su pasado, quiero ver cosas que ha vivido, el destape de los vampiros a través de sus ojos.. Hay tantas posibilidades...
Bizarrismo, vampirismo y otras cosas del morder.
True Blood es rara, si, y eso quizás juega generalmente a su favor. Tiene sus momentos gore, momentos cuelgue (lo de la sangre de vampiro me encanta) o momentos sexo duro que generalmente vienen bien. El mundo de los vampiros es interesante y cómo van explicando e introduciendo los mitos típicos del tema y haciéndolos propios. También es muy interesante que hayan metido otras criaturas extrañas: demonios (aparentemente), shapeshifters, telépatas.. y lo que nos quedará por ver. Por cierto, la cabecera es fantástica y la canción pegadiza, genial y muy adecuada.
De cara a la segunda temporada (y sin olvidar el patético cliffhanger) me apetece mucho ver qué rollo se trae la nueva con Tara y con Sam. El tema de Jason y la iglesia de la luz no me haría mucha gracia si no pensara que es por ese lado por el que quizás metan el tema social de los vampiros vs. humanos.
En definitiva: esperaba muchísimo más de True Blood pero, a pesar de todos sus fallos, ha conseguido engancharme y hacerme disfrutar con alguna de sus tramas. No porque sea mala (aunque tenga algunas mediocridades) sino porque tiene tanto potencial que molesta mucho más de lo que debería. No es mala serie, pero tampoco es buena serie. Tiene sus cosas llamativas y un par de historias que hacen que se sostenga el interés. Espero más de la segunda (porque no le voy a dar infinitas oportunidades). Ea, ya podéis comerme :P
Con motivo del escaseo de series y de la proliferación de promos de la segunda temporada, decidí que era el momento de ponerme en serio con la nueva serie de Alan Ball. Como se puede adivinar por el título, me ha decepcionado y han sido los comentarios positivos y promesas de mejora lo que ha hecho que siguiera episodio tras episodio.
Cuando acabó la temporada, aparecieron muchos comentarios en la red que leí por encima y esa aparentemente opinión común de que era una gran serie ha sido lo que me ha animado. Pero ahora, aunque me llevaré palos en los comentarios, tengo que hablar de los motivos por los que True Blood no me parece en absoluto para tanto.
Sookie.
Podría protagonizar un "No te soporto" ella solita con su forma de ser caprichosa, inmadura y absurda. Y no me hagáis hablar de la habilidad que tiene para cambiar de humor, olvidarse de las cosas y estar feliz de la vida cuando los cadáveres brotan a su alrededor. Es insultantemente tonta y su lógica carece de toda ídem. Anna Pakin tampoco ayuda. Al comenzar la serie me planteaba incluso dejarla sólo porque no soportaba su "interpretación" (ni a su personaje): sobreactuada y con un acento sureño más falso que un billete de 6 euros. No se si porque de verdad mejora con los episodios o simplemente te acostumbras, pero pasada la mitad de temporada conseguí superarlo y soportarla medianamente. Os prometo que estuvo a punto de hacerme dejar la serie.
Y por cierto, no ha aparecido mucho en esta temporada pero parece que tendremos niñata vampira para rato en la segunda y lo siento pero tampoco la soporto. Puedo con una Sookie pero no con dos.
Vampiros que han salido del ataúd.
Uno de los factores que más me llamaban la atención de True Blood era la idea de una comunidad vampírica que se encuentra al descubierto en la sociedad. Se sabe de su existencia e incluso intentan vivir de la misma forma y los mismos derechos que los humanos. Evidentemente esto genera polémica y a no todo el mundo le hace gracia que seres que llevan matando siglos ahora habiten entre humanos como si nada. Desgraciadamente, la serie no aprovecha en absoluto esta rama y nos dan pequeñísimas dosis por medio de unos debates televisivos y por la reacción de los protagonistas de la serie, pero no tratan el tema desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto y yo creo que es un gran error. No encontrarme con esto ha sido otra gran decepción.
Evolución de las tramas.
Quizá sea el peor rasgo de la serie. Hay potencial, y mucho, y no voy a negar que existen tramas altamente interesantes (de las que hablaré más adelante) pero todos y cada uno de los episodios dejan tras de sí una sensación común y es que no existe un equilibrio entre todas las historias. Algunas se dejan olvidadas durante un par de episodios, otras avanzan muy rápido y de repente se frenan, se abren flancos que no se vuelven a tocar. No existe un patrón, una evolución constante y coherente de las cosas y desde luego la forma de enlazar unas con las otras, de equilibrarlas, no es nada hábil y es por esto que True Blood nunca llega a despegar. No hay ningún episodio que digas: wow, este ha sido bueno. No. Hay momentos, cosas puntuales, clímax conseguidos pero en general es un popurrí mal mezclado de tramas cuyo resultado no es nada satisfactorio.
Además CASI todo está tratado como de puntillas. No me llega a importar quién es el asesino, no me causa ningún tipo de emoción (y mira que es raro en mí) la relación entre Sookie y Bill ni la falsísima supuesta tensión sexual entre Sam y Sookie o el hecho de que Jason se meta él solito en todos los fregaos. No consiguen que me conecte con las tramas o los personajes.
El caso principal.
Vamos a ver, señor Ball... ¿Cuál es la historia principal de su serie? ¿Bill y Sookie?¿Los asesinatos (y el asesino)?¿Reflejar la lucha vampiros vs. humanos? Esta última desde luego es uno de los temas generales (como ya he dicho, desaprovechado) pero aunque podría parecer claro que el caso principal son las muertes y su culpable, constantemente (y como consecuencia de lo que comentaba en el punto anterior) se pierde el norte de lo que se está contando y esta espina dorsal no está bien definida ni desarrollada. La resolución de los asesinatos es forzada (aunque se predecía desde que el culpable de repente adquiere su propia trama) y el punto final, el clímax, como bien explica Thursnext, es totalmente erróneo y se carga cualquier posibilidad de ofrecer un último episodio tenso y trepidante.
Desaprovechar el potencial.
En definitiva, la sensación general con True Blood ha sido de decepción. Los elementos están ahí, existen y tienen muchas posibilidades, pero no las han aprovechado ni de lejos.
Pero no quiero ser injusta y dejar sin mencionar algunos elementos de la serie que sí he disfrutado y que, mayormente, han sido los motivos que me han hecho continuar.
Tara, Tara y más Tara.
Es un personaje fascinante con una historia aún más fascinante. Rutina Wesley y Adina Porter (Tara y su madre respectivamente) son dos fabulosas actrices (sobre todo la madre) que le han dado una fuerza y una personalidad a sus personajes únicas y la historia que ambas protagonizan no sólo es la más interesante sino la más potente, la mejor llevada, la más emotiva y con tanta fuerza...
Otros secundarios.
Ha sido gracias a los buenos secundarios que he llegado hasta el final con la serie. Tara es la más destacable pero hay otros que hacían los capítulos algo más llevaderos. Aunque relación de Sam con Sookie es forzada y está mal llevada, el pasado de éste me interesa mucho. Cómo se ha enfrentado y vivido con su condición. También me gustaba mucho la idea del perro guardián, es una pena que no lo hayan explotado más. Es otra de esas cosas que dejan a medias y han perdido antes de poder usarla.
Lafayette me resulta extremadamente divertido. Su estilo de vida, todo lo que representa en ese mundo humanos contra vampiros y su personalidad hacen de él un soplo de aire fresco para los episodios. Una pena que parece evidente que no le disfrutaremos en la segunda temporada.
Como habréis notado, no soy especialmente fan de Jason. Todas sus tramas no me interesaban prácticamente nada y era lo mismo una y otra vez. Lo único más interesante es su relación con el vampiro contable, pero se acabó muy rápido. Y es una pena lo de Jason porque es incluso más protagonista que Bill, un personaje infinitamente más interesante que los dos hermanos Stackhouse. Ese episodio en el que descubrimos cómo se hace vampiro, y refiriéndome a esa parte en concreto, es una de las cosas que más me han gustado. Quiero ver más de Bill, quiero ver su pasado, quiero ver cosas que ha vivido, el destape de los vampiros a través de sus ojos.. Hay tantas posibilidades...
Bizarrismo, vampirismo y otras cosas del morder.
True Blood es rara, si, y eso quizás juega generalmente a su favor. Tiene sus momentos gore, momentos cuelgue (lo de la sangre de vampiro me encanta) o momentos sexo duro que generalmente vienen bien. El mundo de los vampiros es interesante y cómo van explicando e introduciendo los mitos típicos del tema y haciéndolos propios. También es muy interesante que hayan metido otras criaturas extrañas: demonios (aparentemente), shapeshifters, telépatas.. y lo que nos quedará por ver. Por cierto, la cabecera es fantástica y la canción pegadiza, genial y muy adecuada.
De cara a la segunda temporada (y sin olvidar el patético cliffhanger) me apetece mucho ver qué rollo se trae la nueva con Tara y con Sam. El tema de Jason y la iglesia de la luz no me haría mucha gracia si no pensara que es por ese lado por el que quizás metan el tema social de los vampiros vs. humanos.
En definitiva: esperaba muchísimo más de True Blood pero, a pesar de todos sus fallos, ha conseguido engancharme y hacerme disfrutar con alguna de sus tramas. No porque sea mala (aunque tenga algunas mediocridades) sino porque tiene tanto potencial que molesta mucho más de lo que debería. No es mala serie, pero tampoco es buena serie. Tiene sus cosas llamativas y un par de historias que hacen que se sostenga el interés. Espero más de la segunda (porque no le voy a dar infinitas oportunidades). Ea, ya podéis comerme :P