.Cada año nos aventuramos a pensar qué series nos gustarán, cuales no tenemos ningún interés en probar o aquellas que creemos que son interesantes pero su escaso futuro nos hace pensarnos dos veces si queremos aventurarnos.
Este año ha sido más complicado aún
para las nuevas series ya que no sólo tenían que enfrentarse a las dificultades habituales de atraer a la audiencia suficiente para sobrevivir, sino que todos los estragos de la huelga han acabado con títulos que, de otra forma, quizás hubiesen pasado la prueba.
Mis primeras menciones son para
Pushing Daisies y
Dirty Sexy Money, los dos mejores dramas (aunque la primera tire más hacia la comedia) que han salido de esta temporada y que, afortunadamente, han pasado a la siguiente.
Pushing Daisies ya me tenía con el hola, sólo al ver ese aspecto visual en las fotos y trailers promocionales,
me sentía obligada a ver el piloto. Y no me decepcionó en absoluto. Cómica, original, dulce, divertida, triste... la serie lo tiene todo sin olvidarnos, por supuesto, de esa adorable y romántica pareja. Veremos que nos depara la segunda temporada tras ese mini-cliffhanger.
Dirty Sexy Money tiene
uno de los mejores pilotos que he visto en mucho tiempo y avecinaba una magnífica serie de personajes que ya solo por las credenciales de su creador (
Greg series-de-personajes Berlanti) me resultaba de obligado visionado. Con una temporada igual de corta que la de Pushing Daisies,
Dirty Sexy Money (que en españa sólo es Sexy, vete tú a saber porqué) te introduce en el oscuro, retorcido y complicado mundo de los Darling, una familia rica que tiene muchos secretos que Nick (
Peter Krause), su protagonista, irá descubriendo y sufriendo. También habrá que ver qué nos depara una temporada completa.
Aún no he hablado de los finales de
Gossip Girl y
Greek, pero ambas series protagonizadas por hormonas andantes (unos en el instituto y otros en la universidad) han formado gran parte de mi temporada. Mientras
Greek ha sido un
mero entretenimiento inocente que ha cumplido su función,
Gossip Girl comenzó siendo esa serie tipicorra de niños ricos prepotentes y acabó siendo una auténtica y preocupante adicción. Y digo preocupante porque a veces veía antes Gossip Girl que otras series mucho mejores pero no tan culebroneras, claro. Estos Upper East Siders me han tenido enganchada a la televisión toda la temporada y han sabido mezclar la superficialidad de su apariencia con el transfondo real, unas tramas reales para unos personajes altamente estereotipados. Más sobre GG en el, próximo, Farewell.
Entrando en las comedias,
ya he hablado tanto de Aliens in America, con breve mención a
Miss Guided,
como de Samantha Who, por lo que no tiene mucho sentido repetirme. Por su parte, la nueva comedia de
Palladino, creadora de las
Gilmore, fue un auténtico fracaso a todos los niveles. La situación en
The Return of Jezebel James tenía la suficiente poca chicha como para saber que todo recaería en las dos hermanas protagonistas. Aunque algunos diálogos estaban bastante bien, y olían a
Stars Hollow,
ya comenté en su día que la interpretación de Parker Posey se cargaba cualquier elemento positivo de la serie. Pobre Palladino... tres episodios duró su serie.
También eché un vistazo a The Bing Bang Theory, otra comedia protagonizada por geeks que, aunque algunos de los chistes más frikis me gustaron, en general no logró captar mi interés y no pasé de los dos primeros episodios.
Cosa que no ocurrió con Reaper, una comedia a simple vista simplona y fácilonga sobre un grupo de jovenes que se dedican a mandar almas perdidas al infierno, pero que ya sólo tras el piloto uno se da cuenta de que es mucho más de lo que puede aparentar. Su ironía y genialidad, que genralmente parten de ese gran personaje que es el
Diablo (con un genial
Ray Wise con
previa experiencia en Diablos), la convierten en una comedia más que recomendable.
Hasta aquí, y
sumando New Amsterdam, llegan las nuevas series que han formado parte de mi temporada. Junto a éstas hubo tantas otras entre las que están algunas de las que vi el piloto.
The Sarah Connor Chronicles no me convenció nada en su primer episodio. Con unas actuaciones que dejaban bastante que desear, todo me parecían efectos especiales pero nada de sustancia. Tendrá mucha chicha la cosa, pero a mí no me instó ni a ver el segundo episodio por si la cosa mejoraba.
A pesar de las ganas que tenía de
Journeyman, no logré pasar del primer episodio, algo que me pasó igual con
Lipstick Jungle, Eli Stone (a la que voy a dar una segunda oportunidad porque se lo debo a Greg),
Viva Laughlin (que no pasé de los 20 minutos) y
Cavemen (lo peor que he visto
desde Painkiller Jane). Esta temporada que acaba también fue testigo del estreno de
Californication, esa nueva serie de
David Duchovny que con tanta ansia esperaba pero que
me decepcionó como pocas, como comenté en su día.
Hay
muchos títulos nuevos que me dejo en el tintero, pero de esos ni siquiera vi nada, principalmente por falta de interés o, en algunos casos (como
Life) por falta de tiempo.