jueves, 22 de marzo de 2012

El atractivo de lo moralmente cuestionable

A cualquiera le costaría creer que existe una serie familiar que ensalza los valores del compañerismo y amor fraternales, que se esfuerza en subrayar la importancia de apoyarse hasta el final y de apreciar un instante feliz en familia mientras desarrolla tramas y personajes de moralidad altamente cuestionable , logrando con ello un punto de humor negro divertidísimo. Que no os cueste creerlo, existe y se llama Shameless.

Shameless es una dramedia de Showtime que cuenta las idas y venidas de la familia Gallagher y su entorno white trash . Es el remake de la serie británica del mismo título, y actualmente está a punto de finiquitar la emisión de su segunda temporada.

Es habitual encontrar personajes moralmente ambiguos en las series, esos con los que el espectador se siente confuso y encandilado a la vez. ¿Debo sentir y padecer por alguien que roza el límite de lo éticamente permisible y disfrutar con sus acciones?

A menudo encontramos versiones de estos personajes que, aunque tengan características de antihéroe, la base sobre la que se crean es esencialmente benévola en última instancia, como Gregory House o Dexter Morgan. Algunos, aparentemente razonables, se dejan llevar por lo que más les favorece, como Tyrion Lannister. Otros comienzan en el lado legal de la línea que separa lo aceptable de lo reprochable y poco a poco se hunden tanto en el lado oscuro que la línea acaba siendo un puntito, como para Walter White.

Estos personajes cautivan y fascinan al espectador por lo impredecible de su naturaleza, y es ésta característica la que los convierte a mi parecer en una herramienta complicadísima de manejar. Se necesitan pies de plomo para no llevarles demasiado lejos y provocar el rechazo del espectador. Porque no estamos hablando de villanos, sino de aquellos que no sólo buscan admiración y aceptación en el espectador, sino también identificación y apoyo.

Es por eso que me postro a los pies de Shameless. En ésta su segunda temporada, ha llevado a Frank Gallagher, magníficamente interpretado por William H. Macy, hasta el extremo más desagradable y casi denunciable posible, y lo han hecho de tal forma que en lugar de provocar rechazo, resulta aún más atrayente. Pero no es sólo Frank. La serie ha construido una red de personajes de ética difusa a los que apoyas, quieres y, sobretodo, con los que disfrutas cada episodio por su humor negro.

Cada episodio que veía pensaba que la serie había llegado al tope. Una veintena de capítulos después, está claro que Shameless no va a dejar de sorprenderme.



jueves, 8 de marzo de 2012

Así no, Voddler.

Voddler se ha abierto al público. Ya ni es beta ni es necesaria una invitación para poder disfrutar de su servicio de cine y televisión a la carta, por alquiler, por streaming o en dispositivos móviles. Voddler, empresa escandinava cuyo servicio funciona satisfactoriamente en los países nórdicos, comenzó su andadura en nuestro país en verano de 2011, enviando invitaciones a un número limitado de interesados en ver lo que tenían que ofrecer.

Yo fui una de ellos y mi primera impresión no fue precisamente buena. Catálogo insuficiente, poco interesante, problemas en el servicio… Me perdieron desde el principio. Al enterarme de que habían abierto sus puertas al mundo, decidí darles una segunda oportunidad, ver si habían crecido y mejorado en estos meses. No ha sido así, y paso a contaros por qué en varios puntos.

El catálogo 
Es el GRAN problema. Le he dado una segunda oportunidad para una primera impresión, pero el catálogo de Voddler es aún peor que cuando estaba en pruebas. Muy pocos estrenos, poco cine clásico y demasiados títulos de segunda, tercera y décima categorías para hacer bulto.

Las pestañas de series y documentales son una absoluta vergüenza. ¿De verdad merece la pena tener esas dos secciones activas y eso es lo que vas a ofrecer? Es contraproducente. Si aún no puedes ofrecer nada interesante en esas áreas, déjalo con un “Próximamente” o un “estamos trabajando para ofrecerte las mejores series/documentales”. Mucho mejor que encontrarse con once series de dibujos animados que va a provocar mofa entre tu público objetivo.

¿Más problemas? El HD y la versión original. No llegan ni a 20 los títulos que se ofrecen en Alta Definición y en el caso de la versión original subtitulada, la lista es algo mayor, pero no demasiado.

El precio 
Estamos en las mismas. Abres al público general sin ofrecer ningún tipo de tarifa plana y con unos precios absolutamente ridículos que en ocasiones se antojan hasta arbitrarios. Prácticamente la totalidad del catálogo está al mismo precio: 2,5€. Da igual que sea Contagio (2011), El Exorcista (1973) o la película que sólo conocen en casa del director. Hay algún título que se desmarca como, por ejemplo, 2001: Una odisea en el Espacio, que cuesta la friolera de 3,7€. ¿Por qué? Ni idea.

También tienen un pequeño catálogo de títulos gratuítos con publicidad, con un par de películas de cabecera para quedar bien y el resto completamente prescindible. Si eso es lo que tienes que ofrecer, prescinde del servicio gratuíto. Si creas un sistema de publicidad para abaratar y atraer a público que aún es reticente a pagar, ofrece buenas películas. Que sea una opción real para testar si funciona o no esta opción.. Ofrece otro tipo de contenidos gratis: Entrevistas, making-of y ese tipo de extras que gustan y que pueden, además, incitar a ver una película.

La biblioteca
El infierno lo llamaría yo. El orden del catálogo es un auténtico caos con una falta de sentido común y de usabilidad pasmosos. Si un mismo título se ofrece en versión original, en castellano y en HD, aparece como entradas distintas en la biblioteca. Si buscando llego a un título, tengo que confiar en que el apartado “también te puede gustar” de la ficha me muestre si tengo más opciones dentro de ese título ya que en la ficha no se informa de ello. La asignación de géneros es un tanto dudosa; que tengas un catálogo reducido no te excusa para calificar de acción a un drama porque en una secuencia corran muy rápido. El caso es hacer bulto.

No hay búsquedas automatizadas de películas en versión original, en HD, de los títulos disponibles en los diferentes formatos... etc. Las fichas técnicas dejan mucho que desear y tienen incluso errores en algún título (The Help ya no es Criadas y Señoras, no. Es Niceville).

Soportes
Estamos en las mismas. Abres tu servicio y publicitas bien grandecito que estás disponible para varias plataformas. ¿Para qué? ¿Para que ninguna película de tu catálogo se pueda ver aún en los dispositivos móviles?. Al menos yo, desde el iPhone, no tengo acceso a nada y en ninguna de las fichas que he consultado en la web mientras probaba el servicio tenía marcada alguna de las casillas de disponibilidad en estas plataformas. Ni siquiera todo el catálogo está disponible en streaming (sin descargar el software VoddlerNet) u offline.

Interacción con el usuario 
Los usuarios registrados pueden votar y comentar las películas. Sin embargo, Voddler tiene un blog prácticamente inútil que se actualiza poco y mal. No digo que hagan un blog de noticias de cine, artículos y demás como bien hacen otros, pero una actualización diaria, destacando algo del contenido, hablando de nuevas películas que vendrán o de servicios que tienen en marcha, de posibles acuerdos con distribuidoras… Mantener al cliente informado es algo vital en muchos aspectos más allá de dar la información en sí: aumenta la confianza, da imagen de que se está trabajando en mejorar y evolucionar, otorga más oportunidades de feedback con respecto a asuntos más concretos…

Por decir algo bueno, personalmente el streaming me ha funcionado bastante bien, rápido y sin cortes. El interfaz, aunque muy mejorable, es vistoso.

No quiero extenderme mucho más. Ha quedado clara mi decepción con respecto al lanzamiento en abierto de Voddler. Seguro que vosotros podéis comentar datos y aspectos que me haya dejado en el tintero.


¿Qué opináis de Voddler? ¿Creéis que he sido demasiado dura? ¿Estáis de acuerdo conmigo en que se han precipitado?





jueves, 1 de marzo de 2012

Spaced, comedia friki actual… de hace una década.


En 1999, el canal británico Channel 4 emitió una comedia inglesa totalmente distinta a lo que podía verse en aquel momento. Entonces, los seis amigos de Friends ya se habían asentado en la parrilla americana y Will y Grace ya se habían ido a compartir piso. Alguna serie se atrevía a separarse de la línea general entrando en un terreno más friki-perdedor, como Freaks and Geeks. Los británicos no estaban tan encorsetados. Nunca lo han estado, pero estas comedias de veinteañeros compartiendo piso no se encuentran entre las más exitosas del país. Al mismo tiempo, Expediente X ya había entrado en fase de decadencia pero permanecía en la mente de la población, que estaba entrando ya en el efecto Matrix.

En mitad de toda esa vorágine llegó Spaced, una comedia sobre un par de veinteañeros que intentan hacer algo con sus vidas, fingen ser pareja para poder alquilar un piso en un bloque cuyos habitantes pronto se convertirán en sus amigos, formando un extraño y variopinto grupo.


Spaced se alejaba de las características normalizadas del formato sitcom, con una sola cámara y una estructura narrativa nada convencional, todo esto aderezado con altas dosis de referencias, homenajes y parodias frikis que mezclan sin ningún pudor cine, televisión, cómics y mucha ciencia ficción.

Doce años después, Spaced sigue manteniéndose actual por dos motivos principales. Uno ya lo he adelantado: El formato. La sitcom ha sido hasta hace poco un formato muy supeditado a unas directrices imperturbables desde los tiempos de I Love Lucy. Ha sido a comienzos de este siglo cuando el género ha empezado a cambiar, colgando las risas enlatadas en el armario, encerrando la multicámara en el desván y aventurándose a grabar en exteriores y mezclar géneros. En un momento en el que How I Met Your Mother recurre a los flashbacks, The Office al mockumentary y Community a las idas de olla frikis sin límite, era imposible que Spaced no se integrase como una más a pesar del salto generacional.

El otro motivo por el que la serie se mantiene fresca son sus personajes, una colección de elementos peculiares, excéntricos, delirantes pero al mismo tiempo, reales e identificables. Es imposible no conectar con ellos desde el princípio y sentirse cómplices de sus alocadas y despiporrantes aventuras. Un puñado de frikazos totalmente adorables que no dejan icono de ciencia ficción con cabeza.

No quiero contar más. Bueno sí, sólo os dejo los nombres de sus artífices: Simon Pegg, Edgar Wright y Jessica Hynes. No voy a hablar de sus personajes ni desvelar nada de sus tramas o sus referencias. Es una serie para descubrir por vuestra cuenta, pero por si a alguien le falta un empujoncillo, os invito a ver este hilarante falso tiroteo que, aunque no lo parezca, dentro de la coherencia del episodio, no es tan loco como aparenta :P