jueves, 29 de diciembre de 2011

Por qué deberías estar viendo Polseres Vermelles

Polseres Vermelles (Pulseras Rojas), serie producida por TV3, se une a ese reducido grupo de ficciones nacionales actuales imprescindibles para todo seriéfilo. Inspirado en su propia infancia, Albert Espinosa nos hace partícipes del día a día de un grupo de adolescentes que vive en un hospital a causa de enfermedades diversas.  ¿Por qué deberías estar viendo Polseres Vermelles? 

Por sus guiones redondos con el tono adecuado. 
Combina las diferentes historias y personajes con un tono optimista y buenrollista. Aprovecha la emotividad inherente a una historia como ésta y la hace fluir de forma orgánica, sin efectismos ni sentimentalismos extremos. Sí, apela a lo tierno y entrañable, pero nunca de forma tramposa ni manipuladora. Al trabajo de escritura de Espinosa se une el de dirección de Pau Freixas, que ya demostró su buen gusto para lo nostálgico y lo vitalista en Herois. Incluso el pequeño toque sobrenatural de la historia está bien integrado, tanto que podríamos decir que no es tan fantástico, y sirve como nexo de unión para todas las historias.

Por sus personajes y el reparto que les da vida 
Hacer una serie protagonizada por adolescentes es arriesgado por varios motivos. Primero, por la dificultad de no caer en clichés derivados de los dilemas ya muy manidos de esta etapa y segundo, por el rechazo inicial de un público más adulto. Pero en Pulseras Rojas los personajes están llenos de verdad. Ayudados por unos diálogos estupendos, estos chicos te llegan en sus facetas más gamberras, más ingenuas o más divertidas, todo apoyado por un acercamiento muy maduro a los temas y por reparto sorprendentemente solvente.

Porque dura 45 minutos…
Cada episodio de esta dramedia plantea un tema común que se desarrolla desde distintos puntos de vista combinando sus personajes. No hay necesidad de llenar los habituales 70 minutos de nuestra ficción con tramas innecesarias y de relleno que alargan, aburren y se alejan del foco del capítulo.

Por su capacidad para inspirar 
Ese punto optimista, entrañable y tierno de la historia cala en el espectador. Sin entrar en morbos ni fatalidades, Polseres Vermelles nos deja ver esos momentos especiales y personas inolvidables que forman parte de lo mejor de estar vivo. Emociona. A veces por tristeza pero la mayoría de las veces de felicidad; una carrera por un pasillo el día de Sant Jordi es capaz de provocar la más grande de las sonrisas a la vez que fluyen los lagrimones.

Sin duda colocaría Polseres Vermelles en mis mejores series del año. Es especial, memorable y te absorbe en su mundo irremediablemente, algo de lo que no tantas podrían presumir.

Polseres Vermelles se está emitiendo ahora mismo en TNT bajo el título de Pulseras Rojas y puede verse doblada o en catalán subtitulado. Como siempre, recomiendo esto último. A TV3 llegará una segunda temporada y próximamente la veremos también bajo el título The Red Band Society en Estados Unidos. No os perdáis tampoco los artículos que Albert Espinosa escribe en su blog a cerca de la serie, del proceso de escritura y de las experiencias que basaron las historias.


lunes, 26 de diciembre de 2011

Life’s too short y el humor incómodo

Si algo se le da bien a Ricky Gervais es el humor que se genera a raíz de la humillación, de la vergüenza ajena y de los momentos incómodos. No es un tipo de comedia que guste a todo el mundo y su incorrección política le ha costado enemigos, enemigos que después de ponerle a caldo, le vuelven a invitar a su fiesta

Dentro de ese peculiar género, y últimamente bastante en alza, que es el mockumentary, Life’s too short nos hace partícipes de la vida de Warwick Davis, aquel actor que encarnó al enano protagonista de Willow. Muy al estilo de ¿Qué fue de Jorge Sanz? o Episodes, la serie juega la carta de actor acabado y/o olvidado que intenta buscar su hueco en la industria, pero con el añadido del enanismo.

Como espectador es un tipo de humor complicado. En The Office es más fácil, porque realmente están riéndose de un puñado de loosers capitaneados por un jefe ignorante, egocéntrico y prepotente que resulta ser el más perdedor de todos. La misma pauta de vergüenza ajena sumada al “reirse de” y “juzgar a” encontramos en Extras, con esos actoruchos de segunda que igualmente casi merecen que nos riamos de ellos. La vergüenza derivada de los momentos incómodos es algo que utilizaba muy bien Episodes, comedia que asumía este tipo de humor gervaisano y lo suavizaba un poco para su emisión en Showtime.

Pero Life’s too short es diferente. Es como cuando en Padre de Familia se ríen del parkinson de Michael J. Fox o de la pobre gente muriendo de hambre. Es tan incómodo y cruel que si esbozas una sonrisa acabas sintiéndote mal. O, peor, que conozco a amigos que no solo se indignan con estos chistes de Seth McFarlane, sino que además me juzgan porque a mí sí me gusta. Muchos mencionarían a South Park pero no, Padre de Familia tiene sus momentos incómodos y sus momentos bestias, pero es mayormente paródica y referencial, sin embargo South Park hace un tipo de comedia que salta a lo más bruto y desbocado sin pasar por la casilla de lo incómodo.

Viendo Life’s Too Short, no puedo evitar una carcajada cuando el enano se cae del coche, cuando le meten en la taza del water, cuando intenta llegar a la última balda de un armario o cuando le usan de bola para jugar a los bolos…

Algunos dicen que Gervais se pasa de la raya. Yo lo que veo es un puñado de gente creativa y con muchas ganas de reírse de sí mismos y de cualquier cosa sin reparos. Empezando por Warwick Davis, desde el propio Gervais hasta Helena Bonham Carter o Johnny Depp se ridiculizan a sí mismos y a los demás… ¿Por qué me iba a sentir mal?

Para convenceros de lo genial que es Life’s Too Short, os dejo con el momento en el que Liam Neeson aparece en el despacho de Gervais diciendo que quiere hacer comedia y, precisamente, hablan de este tipo de cosas con las que uno no debe hacer comedia. IMPAGABLE.




jueves, 22 de diciembre de 2011

Homeland: Flashbacks de una temporada redonda

Hace unas semanas hacía una reseña sobre las mejores temporadas televisivas. Si tuviese que rehacerla hoy, Homeland estaría sin duda entre las elegidas. Ese episodio final doble ha sido el agitado y tenso cierre a una temporada redonda.  

Ya hablé aquí sobre sus virtudes al poco de comenzar a seguir el tira y afloja de Carrie y Brody. Cómo la serie se mueve en el terreno conspiratorio haciendo al espectador partícipe de la paranoia, cómo el buen hacer de los guionistas nos ha llevado de la mano por unas tramas bien construidas y evolucionadas, consecuentes y coherentes. Cómo han perfilado unos personajes que se mueven constantemente en una neblina grisácea, porque no hay blancos y negros, no hay buenos y malos. Pero basta de análisis. Hoy quiero hablar de la temporada recordando alguno de los mejores momentos, los más tensos, los más sorprendentes, los más emotivos, los más significativos…

Si no has visto la primera temporada completa de la serie y no quieres conocer detalles de la trama, no sigas leyendo (y ve a verla :P) 


Una cabaña en el bosque 
Dos líneas de trama y cuatro personajes es todo lo que necesitó el séptimo episodio para ser uno de los episodios más sobresalientes. Increíble duelo de sentimientos, de secretos y de confesiones entre Carrie y Brody complementado de forma excelente por el tenso road trip de Aileen y Saul.

Fallo técnico 
Qué putada!. Eso pensé cuando veía a Damien Lewis bordar la interpretación de un Brody tembloroso que decide sacrificar su vida por eliminar a todos aquellos que considera terroristas nacionales. Qué putada porque después de armarse de valor, el chaleco falla. Yo esperando el atentado en el tercer acto y me sorprenden con el gran clímax a mitad de episodio. Y lo mejor es que, pasado lo más tenso, es lo que viene después lo más interesante. .

Aileen.
Destaco a Aileen como representación del juego constante de la historia con el espectador con respecto a ciertos prejuicios o argumentos dados por supuestos. ¿Por qué el terrorista tiene que ser el marido árabe? ¿Por qué alimentar las sospechas a Brody con el hecho de que rece a la Mecca? ¿Por qué todo peligro de ataque y motivaciones terroristas tienen que venir de fuera?

Ahora puede irse 
Con métodos de dudosa legalidad, acorralan a Al-Zahari para interrogarle. Es un hombre que colabora con Al Qaeda por dinero y mujeres hombres pero el chantaje no funciona. Es lo que le hace humano, el amor por sus hijos, lo que le hace colaborar con lágrimas en los ojos. Episodios después, la serie vuelve a apelar a la importancia de esta humanidad cuando el último recurso de Carrie para frenar a Brody es utilizar a su hija. Al igual que los prejuicios, la flaqueza y sensibilidad del ser humano es otro leitmotiv de la serie.

¿Qué pasó con el amarillo? 
Claire Danes merece un emmy. Su forma de interpretar a una bipolar agente de la vida obsesionada con sus objetivos ha sido brillante, desde la urgencia más contenida hasta la desesperación absoluta de verse fuera de todo lo que le importa y obsesiona. En la culminación del clímax de su paranoia vemos a Saul reordenando la brillantez caótica de su protegida obteniendo ese arcoiris de actividades de Abu Nazir que es desmantelado por la CIA y desgarra al espectador tanto como a Carrie.


Ya me he extendido mucho así que acabo con menciones especiales a aquellos interrogatorios en Langley, a la fase Gran Hermano de Carrie sobre Brody y cómo ese lazo tecnológico entre ellos nos hacía conocerles cada vez más a la vez que, sin saberlo, ellos se acercaban irremediablemente. Y, por supuesto, ese momento final, con Carrie superada por la confusión de su cerebro, convencida, cuando menos lo merece, de que su mente está jugando con ella. Impresionante Claire Danes, resignada, casi en paz con su decisión. ¡Qué ganas de ver lo que nos tiene preparado la segunda temporada!

“No dejes que me olvide”



lunes, 19 de diciembre de 2011

¡Participa en el sorteo navideño!

Como este año habéis sido buenos lectores, los duendecillos mágicos televisivos os traen regalos navideños. Hace unas semanas escribí una entrada hablando del tema de cómo el visionado de las series en versión original contribuía a mejorar un idioma o a conocer mejor una cultura. A raíz de esto, os recomendaba Word up!, un diccionario de argot inglés muy interesante.

Pons Idiomas, que edita dichos diccionarios, me ha ofrecido realizar un sorteo especial en el que podréis conseguir uno de estos diccionarios que harán que ni The Wire se os resista.  


ACTUALIZACIÓN GANADORES:

Tras numerar por orden de llegada los correos recibidos con las respuestas correctas, recurrí a random.org para obtener los ganadores de los tres diccionarios. Me pondré en contacto con los tres para pedir los datos de envío y el diccionario elegido. Si el 1 de enero no he tenido respuesta de alguno, volveré a realizar el sorteo con los concursantes restantes! Y los ganadores son...
  • Gloria Hernández Sánchez-Carrasco
  • Alexander Vicente Gómez
  • Sara Serrano Gallego
Las respuestas correctas eran:
  1. Churro. He aceptado la referencia a "Fuck up" que se hace en el diccionario.
  2. Bragas. "Tía, no puedes salir a la calle con esta faldita. Se te ven todas las bragas".
  3. No saint.
  4. Elvira Lindo

¿Qué tenéis que hacer para conseguirlos?

Tener una dirección en España a la que podamos enviar el regalo en caso de que resultéis premiados. 
Enviar un mail a esta dirección (concurso@hablandodeseries.com) indicando las respuestas correctas a las siguientes preguntas.
  • La expresión “balls up” del diccionario Word Up! ¿Qué significa? 
  • De qué estamos hablando cuando decimos en argentino “Che, no podés salir con esa pollerita a la calle, se te ve toda la bombacha
  • ¿Cómo se traduce "angelito" al inglés para definir de forma irónica nuestro querido asesino y forense Dexter?
  • ¿Qué famosa escritora piensa que Word Up” es “un magnífico diccionario de inglés… poco al uso y tremendamente útil”? 

Dejar un comentario en esta entrada diciendo que has enviado tu participación y contándome cuál sería tu regalo seriéfilo navideño ideal.  Hacer todo esto desde hoy mismo hasta el día de navidad, el 25 de Diciembre, a las 23:59h

Las respuestas a todas estas preguntas las encontraréis navegando por la web de los diccionarios de argot. De entre todos aquellos que participen, y respondan correctamente a estas facilísimas preguntas, obtendremos por sorteo TRES ganadores que podrán elegir UN diccionario de argot de entre todos los editados por Pons Idiomas. Los ganadores (a los que se lo comunicaré también por mail), junto con las respuestas correctas, se publicarán en el blog el 27 de Diciembre a más tardar.

Actualización: En vista de algunos mails, por si no queda suficientemente claro, aviso que las respuestas deben obtenerse de la información que hay en la web de Pons Idiomas.


¡Mucha suerte a todos!

martes, 13 de diciembre de 2011

Tiempos de Criba II: Nuevas series


En ¡VayaTele! están haciendo una de sus polémicas listas, esta vez hablando de los mejores estrenos de 2011. Leyendo los tres puestos publicados hasta ahora, he recordado que tenía pendiente la continuación de mi repaso otoñal. En Tiempos de Criba I me centraba en aquellas series que he abandonado esta temporada. Ahora me gustaría hablar de las series nuevas y cuáles han sobrevivido al colador.

Para aquel especial pilotos de OhhhTV! Podcast me pegué un empacho de pilotos: Los cromas y la cara-cartón de Sarah Michelle Gellar en Ringer, la absoluta nada de Up All Night, la chorradilla adolescente The Secret Circle, la absoluta mediocridad y el potencial desaprovechado de The Playboy Club, el “más de lo mismo” de Free Agents y la indiferencia y risa provocadas por Unforgettable.  

Heart of Dixie no era nada del otro mundo pero al lado del resto, con su tono entrañable, caía en terreno de lo correcto. Igual me pasó con Terranova. Ciertos aspectos me llamaron la atención, pero su tono (entendiblemente) familiar no acabó de convencerme, aunque, tras dos episodios, decidí guardarla para más adelante. A Gifted Man venía precedida de alabanzas en el entorno seriéfilo. Comprendí que, en comparación, su piloto estaba en otro nivel de calidad e interés, pero no me atrapó ni llamó la atención. Ni siquiera mi atracción por Patrick Wilson me convenció para hacerle un hueco en mi apretadísima agenda. Recientemente se ha estrenado esa cosa estrambótica titulada I Hate My Teenage Daughter. Pasando.

Ninguno de todos esos títulos pasó La Prueba del Piloto. Pan Am, sin embargo, hacía gala de un piloto muy esquemático pero efectivo y me provocó la suficiente curiosidad para seguir, interés que murió al tercer capítulo porque no lograba conectar con tramas ni personajes. New Girl también pasó el primer corte. Tras un sorprendentemente divertido primer episodio, la serie comenzó a resultar repetitiva y el personaje de Jess, irritante. Tras el cuarto, la dejé. La misma suerte tuvo Grimm, cuyo planteamiento y atmósfera me llamaban la atención pero su insípido protagonista y unos casos flojos y desaprovechados mataron todo mi interés.

Vamos a ver, Adri, ¿sobrevivió alguna? Sí. Pocas, pero sí. El primer puesto fue para 2 Broke Girls, sitcom zafia y noventera que me ganó con su humor escatológico, sus interminables chistes sexuales, sus referencias culturales y la química de sus dos protagonistas. Otra comedia que sigo al día es Suburgatory, la cual me tenía comprada desde el primer momento con su parodia del mundo suburbio pudiente. Es simpática, lo suficientemente gamberra y la relación entre padre e hija es divertida y adorable. Tenía miedo de que perdiese el punto paródico pero, de momento, lo ha sabido mantener bien.

En el siguiente nivel de aceptación encontramos Revenge, un culebrón genial que he visto del tirón esta última semana y que se ha hecho con la parte más choni de mi corazoncito. Hablé de ella aquí, no tengo mucho más que añadir. Junto a esta, colocaría a Once Upon a Time, ese drama fantástico por el que no daba ni un duro y que ha acabado por engancharme. Tiene ramalazos de cutrez y efectismo pero forman parte del encanto de una serie adorable e interesante a pesar de la bi-expresión de la anteriormente conocida como Cameron de House. También hablé más de ella (junto a Grimm) en esta entrada.

Pero la joya de la corona de la temporada otoñal es, sin lugar a dudas, Homeland. Excelente drama conspiratorio y político, con espías psicóticas y héroes americanos con potencial terrorista. A un episodio de acabar la temporada, esta nueva serie de Showtime ha mantenido hábilmente el nivel de calidad y promete un final apoteósico. También hablé de ella aquí.

La falta de tiempo no me ha permitido ver grandes recomendadas como Boss o Black Mirror. También quiero acercarme a Persons of Interest, Enlightened y American Horror Story, que es la que más curiosidad me inspira. Tengo que ver el resto de episodios de America in Primetime y me estoy pensando lo de Hell on Wheels. En cualquier caso, la conclusión es muy parecida a la que dan los editores de vayatele: esta temporada, en cuanto a estrenos, ha empezado MUY floja; veremos lo que tienen que ofrecer alguno de los interesantes títulos que llegan en midseason.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Se te nota en la mirada...


Zoom, golpe sonoro, mirada asesina... y ya está todo el pescado vendido. La network americana ABC ha resucitado el culebrón de primetime con Revenge, una historia de venganzas y pasados turbios inspirada en el clásico de Dumas, El Conde de Montecristo.

La serie arranca con la llegada de Emily Thorne a los Hamptons, esa zona playera neoyorkina donde habita la gente con yate y casas como palacios. Lo que nadie en villaricos sospecha es que Emily es realmente Amanda, hija de David Clarke, un buen hombre al que las vívoras de la zona consiguieron cargar con un marrón que le llevó a la cárcel y a la muerte. El centro de aquella desgracia es la familia Grayson, capitaneada por la reina de las sonrisas falsas y las miradas chungas: Victoria. Uno a uno, Emily irá arruinando la vida de todo aquel que estuvo relacionado con el fin de la de su padre.

La mayor virtud de Revenge es que sabe lo que es. Es consciente de que todo está cogido por los pelos y de la escasa verosimilitud de alguno de sus giros, por lo que no se detiene a dar explicaciones innecesarias ni a encajar del todo las piezas, ¿Para qué? Los culebrones funcionan a base de golpes de efecto que, bien manejados, provocan tanta satisfacción al espectador, que olvida cómo se ha llegado hasta ahí, aunque sea una secuencia pasada de rosca digna de Kill Bill.

Otro gran punto a favor de la serie es que quema los cartuchos según le vienen y crea unos nuevos de la nada con mucho estilo. Eso de guardar a un lado una grabación comprometedora o una prueba incriminatoria para sacarla en un futuro no se lleva en Revenge. Los primeros capítulos de la temporada, de hecho, tenían una estructura autoconclusiva en torno a “la venganza de la semana”, una estrategia muy inteligente para ir atrapando audiencia fresca. Las telenovelas diarias utilizan ciertos recursos para recordar al espectador constantemente en qué consiste el juego y Revenge los adapta muy hábilmente con la caja de herramientas para la venganza que su protagonista revisa una y otra vez, viendo vídeos y tachando caras (¡qué satisfacción cada vez que tacha alguna!).

Y esas miradas. Miradas asesinas que lo dicen todo, con una genialmente enigmática y reina de hielo Madeleine Stowe a la que tienes ganas de aplaudir cada vez que eleva ligeramente el labio superior cuando se contraría. Que divertidas son esas sonrisas falsas, esos parpadeos lentos y esa forma de hablar tan calmada de ambas protagonistas femeninas.

Claro queda que no quiero mentir a nadie: Revenge es un culebrón con mayúsculas. Un gran placer culpable que se disfruta episodio a episodio y engancha irremediablemente. No digáis luego que no os he avisado...

lunes, 5 de diciembre de 2011

Mis primeras series I: Sailor Moon

Desvariando sobre la épica para mamarrachos, me acordé de Sailor Moon, uno de esos animes que no me perdía ni una sola tarde cuando era jovenzuela. Porque sí, muchos de los que ahora nos llamamos seriéfilos nos adentramos en este mundo a través de los dibus y los animes de nuestra adolescencia, y he decidido crear esta especie de hilo nostálgico con las que yo no me perdía ni una sola tarde.


Bunny Tsukino es una adolescente insoportablemente gritona cuyo poder radica en la habilidad insuperable para el camuflaje: un cambio de faldita y una diadema y nadie sabrá quién eres. Seguro que sacó matrícula de honor en la Superman School of Disguise.


Sailor Moon nació como manga a principios de los años 90 y pronto se convirtió en un anime que dio la vuelta al mundo. Dentro del género de las magic girls, sus protagonistas eran una versión adolescente-con-faldita de Jack Bauer, ya que salvaban a Japón y al mundo de la destrucción casi en cada episodio.

Cada capítulo duraba unos 20 minutos de los cuales aproximadamente un tercio se empleaba en los cambios de traje, ataques y posturitas varias. Este video es la versión corta de la transformación grupal.


Lo que empezó como una serie autoconclusiva fue convirtiéndose con el paso de sus cinco temporadas en una mitología llena de pasados reales, hijas del futuro, guerreros de la galaxia y todo tipo de parafernalia. Ya que estamos con los vídeos de transformaciones, aquí tenéis a las bolleras Urano y Neptuno más Plutón, no se quedan cortas tampoco.


Si es que… con lo rápido que se transforma el Señor del Antifaz, uno de mis CILFs juveniles. Aunque de los dibujos animados que me tiraría ya escribí una entrada.

Como todo anime exitoso que se precie, Sailor Moon tuvo su propio live-action, es decir, una serie con personas de carne y hueso de calidad generalmente dudosa. En el caso que nos ocupa no hay lugar a dudas: es una cosa vergonzosa cuya referencia más cercana que se me ocurre son los Power Rangers.


Con todo, yo sigo teniendo mucho cariño a Sailor Moon. No en vano fue mi serie favorita allá a mis tiernos 10 años, cuando por el día me peleaba con mi madre para que me dejase llevar una zapatilla de cada par como Punky Brewster y por la tarde jugaba a transformarme en guerrero Marte.