jueves, 23 de enero de 2014

La tercera temporada de ‘Sherlock’ en gifs


Sherlock Holmes y John Watson han vuelto y el otro día hacía un repaso a lo que ha sido esta temporada. La perspicacia de uno, los caretos de reacción del otro y una dinámica de pareja que ésta tercera temporada ha explotado al máximo con sus tres gamberros, autoconscientes y brillantes episodios. Tras la larga espera, vino y se fue; y con su ritmo frenético, su sugerente realización y la química de su reparto se ha pasado tan volando que la mejor terapia que se me ocurre es zambullirnos una vez más en todo ello en modo gif



lunes, 20 de enero de 2014

La amistad y la comedia se adueñan de la tercera temporada de 'Sherlock'


¿Se ha convertido ‘Sherlock’ en otra cosa?

La tercera temporada se ha despedido casi tan pronto como se ha marchado y ha dejado cantidades ingentes de críticas y backlash a su paso. Y es que la forma en la que Mark Gatiss y Steven Moffat han planteado una entrega que muchos llevaban dos años esperando no ha sido plato de buen gusto para todos sus seguidores –y con todo, ha tenido unas cifras de audiencia desorbitadas, quedándose a las puertas de los 9 millones de espectadores de media y superando el 30% de share). The Empty Hearse (escrito por Gatiss), The Sign of Three (escrito por Stephen Thomson) y His Last Vow (escrito por Moffat) han sido los tres episodios que han compuesto la temporada, este último dejando las cosas más que interesantes para las ya confirmadas cuarta y quinta entregas.

El problema de ‘Sherlock’ es haber evolucionado tanto. Ya no se trata de ver cómo la brillante capacidad de deducción de Holmes resuelve unos casos de importancia notable en la trama de cada episodio; no trata de cómo su entorno se enfrenta a las particularidades y excentricidades del personaje, de cómo siempre va un paso por delante a los demás o de ir poco a poco construyendo a ese dúo dinámico que forma con John Watson. Esta tercera entrega ha relegado los casos a poco más que un macguffin para ahondar en la relación de afecto entre los dos amigos protagonistas; ha ensalzado la comedia como parte esencial y definitoria de sus guiones y ha ido un paso más allá con la realización y tratamiento visual del formato.


Sigue leyendo sobre los tres episodios de la tercera temporada en ¡Vaya Tele! 

viernes, 17 de enero de 2014

Dan Harmon no se corta con las pullas en el regreso de 'Community'


La cuarta temporada de ‘Community’ tuvo todo tipo de reacciones, desde aquellos que renegaron de ella porque ya no era lo mismo hasta los que defendían que no era para tanto y seguía siendo una sitcom divertida. Personalmente siempre suelo coger con pinzas los comentarios que afirman cuánto se nota la marcha de un showrunner de su serie pero en el caso de Dan Harmon sí me colocaría entre aquellos que consideraron que se había convertido en una mala copia de sí misma. El problema era que estaba empecinada en demostrar que seguía siendo esa serie plagada de referencias a la cultura pop, autoconsciente y con la capacidad de plantear un mundo nuevo en cada episodio, y en ese afán de probarlo se dejaron la frescura. Sí, los elementos estaban ahí pero no funcionaba; la presión de estar a la altura era palpable. Por mucho que mi abuela me explique cómo hacerla, la tortilla de patata no me sale como a ella.

Bien pues, contra todo pronóstico, Dan Harmon está de vuelta en Greendale junto a Chris McKenna y se nota en muchos aspectos. Primero, en esa frescura que se echaba en falta; el fluir de estos dos primeros episodios de la quinta temporada ha resultado más orgánico, más natural y, en definitiva, menos forzado. Autoconsciente pero en el buen sentido porque como no podía ser de otra forma, este relanzamiento de la serie no han escatimado en guiños y pullas a lo sucedido en la pasada temporada, tanto fuera como dentro de cámara.


Lee mi opinión sobre los primeros episodios de la quinta temporada en ¡Vaya Tele!

jueves, 16 de enero de 2014

El calvario de la adaptación: por qué ‘Bron Broen’ es la idea exportable definitiva


Si estos últimos años se han caracterizado por algo en lo que a nuevos proyectos televisivos respecta, es por la aparentemente interminable llegada de adaptaciones de todo tipo. Remakes de clásicos, adaptaciones de cine, de cómic o literatura y/o versiones de ficciones ajenas. Uno de los resultados más positivos de la globalización de contenidos gracias a internet ha sido la apertura de esa ventana a otras ficciones, ventana que las cadenas han aprovechado para hacer suyos planteamientos e ideas de nuevas series.

Esto no es de ayer, por supuesto. La moda de la adaptación existe hace mucho tiempo como una respuesta natural al éxito de algo que triunfa fuera de las fronteras de un país, que decide hacer caso de ese auge y preparar su propia versión. Claro, no todo es importable. Hay que tener en cuenta las posibles barreras culturales o estructurales que puedan entrar en juego, algo que explica muy bien por qué nuestras ya tradicionales dramedias no han sido demasiado exportadas o adaptadas por otros países. El abismo que crean elementos como el formato o el estilo de humor imposibilita la venta de nuestros formatos, que requerirían de tanto cambio que acaba resultando absurdo comprar derechos.


Sigue leyendo por qué 'Bron Broen' es una idea perfecta para adaptar en Vaya Tele