jueves, 28 de octubre de 2010

Recomendando "¿Qué fue de Jorge Sanz?"

No voy a engañar a nadie: no sólo no me suele gustar la ficción española sino que tampoco pongo demasiado interés en ver lo que se va haciendo porque trabajo en ello. Culpable. Pero, desde que defendí a El Internado allá en su primera temporada, no había encontrado una serie nacional de la que hablar bien aquí.

Canal +, David Trueba y Jorge Sanz aprovecharon el II Festival de Series de Madrid para presentar una de las primeras producciones propias de un canal de satélite (ésta se une a “Todas las Mujeres ese producto anti-televisivo que ha producido TNT).

¿Qué fue de Jorge Sanz? no sólo es una serie interesante, original y llamativa en el panorama español sino que fácilmente, y a pensar del evidente modesto presupuesto, podría entrar en una categoría superior y ser comparada con otras ficciones del estilo como Extras o Crub Your Enthusiasm.

Cuando existe un buen guión, una realización interesante y una puesta en escena apropiadas, el tema del presupuesto queda relegado a un segundo plano que ni siquiera ha de ser percibido como un aspecto negativo de la producción, y eso es lo que sucede con este falso documental.

Por contaros brevemente, en la serie seguimos el día a día de Jorge Sanz, tanto si le ofrecen un trabajo en un corto, como cuando tiene un orzuelo y tiene que ir al médico y soportar a sus enfermeras o sus visitas a Barcelona para ver a su hijo. Así de simple. La cámara le acompaña constantemente y nosotros con ella.

El gran propósito de ¿Qué fue de Jorge Sanz? es hacer reír y lo consigue la gran parte de las secuencias gracias a la constante humillación que recibe su protagonista y, a la vez, la comedia negra que deriva de las situaciones en las que se mete, que realmente dan vergüenza ajena. En este aspecto se parece mucho a esa divertida incomodidad que siente uno al ver las peripecias de Michael Scott en The Office.

Otro gran punto que tiene a su favor es la gran cantidad de cameos y colaboraciones que hay en la serie. En total he visto tres episodios (los dos primeros y el cuarto) y hay más de dos cameos mínimo en cada uno. E incluso una partida de poker de guest stars que no quiero desvelar para no quitarle la gracia.

También hay que destacar la labor de interpretación de todos los que intervienen en la serie. Es esencial la naturalidad en un planteamiento como éste y, aunque haya algún que otro pero (véase: su mujer), en general están todos excelentes.

¿Qué fue de Jorge Sanz? se estrenará en Noviembre en Canal + y yo os recomiendo que le echéis un ojo a esta interesante serie tan bien hecha y divertida que, además, engancha. Os dejo con un pequeño vídeo de presentación.





lunes, 25 de octubre de 2010

¿Tienen género las series?

El público más deseado por las televisiones es el femenino. Con los años se ha demostrado que es el público más fiel y su influencia a la hora de llevar a cabo el consumismo. Eso nadie debe ponerlo en duda. Pero de ahí a algunos argumentos que tomaban como verdades absolutas sobre este tema en el taller que CosmoTV organizó en el marco del Festival de Series, hay un buen trecho.

No voy a hablar de lo típica, poco interesante y, en ocasiones, indignante charla que ofrecieron los participantes de dicho taller (podéis escuchar algunos audios que fue grabando en directo) y antes de pasar directamente a comentar lo que opino del tema, decir que fácilmente se me podrá acusar de caer en el pecado que estoy criticando así que diré que, como es muy complicado hacerlo de otra forma, voy a hablar de hombres y mujeres desde una perspectiva completamente generalizada.

Los estereotipos existen por un motivo y es que todos ellos nacen, nos guste o no, de bases muy reales. La CW acaba de estrenar Nikita, un producto que por tono y reparto va dirigido más a la testosterona y que han decidido edulcorar con alguna trama más romántica. ¿Quiere decir eso que las mujeres necesitamos de un culebrón para engancharnos a una serie?. Esas series que la gente cataloga bajo el genero “para chicas” suelen estar plagadas de buenorros… ¿Quiere decir eso que necesitamos torsos para interesarnos por una serie?

La respuesta habitual a ambas cuestiones suele ser afirmativa y no voy a entrar a debatir eso sino la reflexión que hay detrás. Primero, no nos engañemos. A todos nos gusta que los protagonistas de nuestras series estén de buen ver. No es cosa de géneros. La comida nos entra primero por los ojos a todos y con el cine y la televisión pasa exactamente igual. Punto.

El tema de las tramas románticas me frustra especialmente. El primer argumento que se utiliza para colocarle a una producción el cristo de “Serie de chicas” reside en que contenga estas historias culebronescas, afirmación totalmente superficial que nunca se lleva al siguiente nivel. Nótese que no estoy negando que esto sea una realidad, lo es. Pero es una realidad mucho más amplia de lo que normalmente se reconoce.

Las mujeres, como norma general, somos más emocionales. Tendemos a conectar más con las historias que apelan a los sentimientos pero no necesariamente han de ser tramas románticos y culebronescos. Por eso es un público tan atractivo, porque las tramas más emocionales de una serie suelen corresponderse con las continuidad de la misma. House la citaban en el taller entre Anatomía de Grey y Sin Cita Previa y yo ponía el grito en el cielo. Dejando a un lado calidad y pretensión, House es una magnífica serie que tiene elementos para todo público.

Aquellos, mujeres u hombres, que busquen el tema sentimental, lo encontrarán en la mayoría de los casos episódicos y en alguna de las parejas de turno que se han ido formando en la serie. Los que busquen más el entretenimiento aquí te pillo aquí te mato, lo encontrarán con los momentos genialosos-bordes de Gregory, en su relación cómica con Wilson y, también, en el caso médico del episodio.

Al igual que sucede en House, creo que ya desde hace tiempo la televisión americana se ha dado cuenta de que el culebrón no es suficiente. Lo que queremos son historias emotivas bien escritas con las que conectar y con las que podamos sentirnos identificados, tengan lugar en un universo alternativo o en la vida de un asesino en serie de Miami. The Good Wife triunfa mucho entre hombres y mujeres actualmente. En el taller de Cosmo argumentaron con ésta y algunas otras, simplificando: a protagonista femenina, serie para chicas. Aunque esa afirmación completamente errónea me daría para otra entrada, sigo con mi argumento diciendo que la serie de Joanna Margulies consigue conectar con su público gracias a los buenos guiones y a sus personajes fuertes e interesantes al igual que se puede conectar perfectamente con los dramas familiares, personales y existenciales que tiene Walter en Breaking Bad, una serie que muchos catalogarían en la sección masculina.

De la ficción española a este respecto sólo diré que la búsqueda del público femenino es aún más evidente en este nuestro país pero ya sabemos que aquí no sólo se las busca a ellas sino también al marido, al abuelo, al niño, al adolescente y hasta al gato de la casa.

¿Existen las series masculinas y femeninas? Por supuesto. Pero es una determinación muchísimo más amplia de lo que se suele considerar y eso es básicamente lo que he intentado, y no se si he conseguido, expresar con estos párrafos a pesar de que es algo que daría para mucho debate en algunas áreas (como el márketing, por ejemplo). Espero leer vuestras opiniones al respecto.



viernes, 22 de octubre de 2010

Alegrías y disgustos del aburrimiento seriéfilo

Nunca olvidaré lo que aquella espectacular faringoamigdalitis aguda de hace un par de años me regaló seriéfilamente hablando… Bones.

Bones me daba mucha pereza por su naturaleza procedimental pero los comentarios de muchos seriéfilos de los que me fío y que buscaba algo que no esperase demasiada concentración por mi parte, me animaron a ponerme con ella y doy gracias porque me pegué una maratón de cuatro temporadas en un par de meses tremenda. Y no creáis que me pilló en verano…

Sí fue en verano cuando me encontré a mí misma descargando Drop Dead Diva. En aquel momento, empujada por el aburrimiento, no tenía ni idea de que estaba bajando una de las series veraniegas más refrescantes y divertidas que sigo ahora. Y lo digo así de straightforward.

Make it or Break it fue un placer veraniego 100%. Y de los gordos. ¡Qué bien me lo pasaba con ella! Era de esas que de malas, son geniales. Cuanta maldad y cuánto culebronaco adoescente. Pero, como en la anterior, la segunda parte de la temporada llegó en midseason, mal momento con mucho flujo de series más interesantes y decidí abandonarla (sin ver nada, porque como me ponga…).

Andaba yo por Pisa visitando a una amiga de Erasmus cuando un día no se quién de las dos estaba pachucha y decidimos hacer tarde croqueta y probar Greek. Ahora es uno de los títulos más divertidos que sigo. Ha mejorado con cada temporada, a la vez que añadía más referencias frikitelevisivas y me da mucha pena que la cuarta, que se estrena pronto, será la última.

Lo mucho que me gusta 10 razones para odiarte hizo que me decidiera a ver la adaptación televisiva de la ABC Family. Sorprendentemente, los primeros episodios eran bastante graciosillos pero la segunda parte de la temporada perdió gas y ya no estábamos en verano así que ni siquiera me afectó su cancelación.

Otra que se quedó por el camino fue Kyle XY. Aún recuerdo lo emocionadísima que estaba cuando se estrenó en verano de 2006. Es raro, lo se, pero estaba totalmente enamorada y enganchada a la serie. Disfrutaba de cómo Kyle iba descubriendo el mundo. Desgraciadamente llegó esa segunda temporada que, tras unos pocos episodios, abandoné por falta total de interés.

Como ya dije en mi declaración de intenciones, Covert Affairs no es una serie buena, tiene bastantes elementos risibles y nada creíbles pero es tan entretenida que ha sido perfecta para alegrarme el verano. Y Piper Perabo mola. Con ésta incluiría también a Haven, que me ha impulsado a hacer este repaso, aunque tengo muchos más reparos que con la primera. Ya veremos si pasará la prueba el próximo verano.

El tiempo dirá cual es la próxima decepción o alegría a añadir en esta lista pero, de momento, os pregunto a vosotros.. ¿Qué series que ahora amáis comenzasteis a ver por puro aburrimiento?



miércoles, 20 de octubre de 2010

Sobre la primera temporada de Haven

Hay series que están hechas para ver en un momento determinado. Los títulos de verano suelen ser un ejemplo de ello ya que muchas veces acabamos viendo cosas que en otro momento probablemente desecharíamos a la primera de cambio. Haven es una de esas series.

Haven es un procedimental fantástico (de fantasía, aclaremos) ligeramente basado en una novela corta de mi querido Stephen King que se centra en un pueblo de Maine donde ocurren sucesos extraños. Tras su estreno en tierras yankis os hablé de la verdadera relación que guarda la novela con la serie y os avanzaba que me había llamado lo suficiente la atención como para seguir con ella.

Ya comenté que su principal problema no sólo residía en el poco interés que generan los protagonistas desde el principio sino también en su fallido intento de crear química en ese trío protagonista tan forzado al comienzo. Sin embargo, pasado el aburrido y típico caso del primer episodio, los personajes episódicos y sus sucesos extraños resultan bastante interesantes e intrigantes y, gracias a eso, me mantuve enganchada. El segundo y tercero, por ejemplo, son bastante curiosos.

A mitad de temporada, la chicha entre los protagonistas aumentó. Consiguieron crear una dinámica suficientemente entretenida y poco a poco iban dotándoles de elementos interesantes. ¿Problema? Los casos. Las tornas se invirtieron y los sucesos episódicos se volvieron algo anodinos.

Pero entonces llegó el noveno episodio. Todos los personajes interesantes de la serie encerrados en una casa (y una isla) con un factor peligro de lo más sugerente. Un episodio muy Agatha Christie que me hizo recuperar la fe en la serie y dejó claro que los progresos en la evolución de personajes iban a perdurar. Sin embargo, nunca han llegado a conseguir levantar del todo el interés por los casos y los últimos episodios se hacen bastante tediosos.

¿Qué hay del final? Sin dar detalles concretos diré que es un episodio totalmente centrado en la trama de continuidad, con mucho diálogo y poquísima acción. Entra de lleno en todos esos asuntos del pasado de la protagonista y del Colorado Kid que llevaban varios episodios alimentando.

Personalmente no he conectado demasiado con el desenlace ya que gira en torno a unos personajes con una construcción previa muy leve, por lo que era difícil conseguir que me importaran. Además, juega unas cartas demasiado facilonas. Eso sí, y supongo que es porque el trío protagonista sí me importa, el cliffhanger final me ha dejado con ganas de saber más.

¿La recomiendo? Pues a veces me da por hacerlo y otras no. Con paciencia puede llegar a ser una serie de lo más entretenida pero esos personajes tan poco carismáticos (salvo Duke, que Eric Balfour no tendrá otra cosa, pero carisma tiene) pueden echar para atrás hasta al más fan de los procedimentales.

Acabo comentando que mañana 21 de Octubre a las 21:30h se estrena la serie en España de la mano de Syfy, que también ha puesto hoy disponible el primer episodio en su web. Desde aquí también quiero felicitar al canal por el evento de presentación de la serie que organizó, para el cual se trajo Emily Rose, Lucas Bryant y Eric Balfour, dándonos la oportunidad a unos cuantos bloggeros de charlar con ellos mientras tomábamos unas copas. Es algo que no se puede hacer todos los días y me parece fantástico que se organicen este tipo de eventos. Esperemos que sea el primero de muchos.

Imágen protas en papel: Paperkraft



domingo, 17 de octubre de 2010

Mis 10 imprescindibles de la parrilla americana

Entre la situación aún confusa de las audiencias y que no he tenido demasiado tiempo para pasar del piloto de muchas de ellas, este año estoy retrasando mi entrada sobre las nuevas series que voy a decidir quedarme.

Pero hay una cosa que a día de hoy sí que tengo clara y son las series en actual emisión que más disfruto y que llevo completamente al día. En freakscity nos invitan a contar los cuatro títulos, en emisión actualmente (ni terminadas, ni cancaladas, ni en parón), que consideramos imprescindibles.

DRAMA

Fringe: ¡Oh! Es todo un shocker que esta serie esté en esta lista, ¿verdad?. Como os he dicho hasta la saciedad, esta fabulosa serie es la que más disfruto con diferencia y me entrego a cada capítulo como si en ese momento no existiese nada más en el mundo... Yo soy así de melodramática.

Friday Night Lights: Al igual que la señorita MacGuffin, hago unas pequeñitas trampas con los Lions ya que aún quedan unos pocos días para su estreno. Desgraciadamente, uno de mis pilares seriéfilos actuales comienza su última temporada y voy a disfrutar de cada segundo.

Dexter: Este drama sigue maravillándome. Desde un planteamiento inicial que parecía algo limitado han conseguido superarse cada temporada. Tras la brillante cuarta temporada, las cosas en la quinta no acaban de despegar del todo, pero cada capítulo sigue siendo una delicia. Uno de los mejores personajes jamás creados y evolucionados es Dexter. Ahí lo dejo.

House: Este cuarto puesto es complicado. Mis dramas favoritos restantes están en parón y yo aún no he empezado la séptima porque la veo doblada (#yoconfieso :P). Podría haber colado aquí a los Walker o los Braverman pero después de que la sexta haya sido la mejor y la que más he disfrutado del doctor, se merece esta posición.

COMEDIA

30 Rock: Es la genialidad hecha comedia y punto. La actual temporada ha empezado inmejorable con sus siete gags geniales por segundo y además nos ha regalado un Live Show repleto de estrellas invitadas y con ese sabor de espontaneidad tan disfrutable.

Raising Hope: La única nueva en esta entrada y con el puesto más que merecido. Humor bestia, pasado de rosca y con personajes patéticamente divertidos. El arranque ha sido casi inmejorable y espero que sigan así.

Community: Los de Greendale me pueden. Yo es que sólo con la química que hay entre los protagonistas ya me parto de risa y la forma que tienen de recurrir a cada personaje en cada momento es sobresaliente.

Modern family: Hay muchos que siguen renegando de ella pero yo sigo siendo fan absoluta de los melodramas de Cameron, de los colombianismos de Gloria o de las niñerías de Phill. Eso sí… ¡Queremos más Manny esta temporada!

BONUS FEATURES

Padre de Familia: Añado esta sección ilegalmente sólo para poder añadir a los Griffin a la lista de comedias favoritas y es que es algo superior a mis fuerzas. Lo sé. Sé que ya no es lo mismo y que es difícil que vuelva a darnos temporadas como la 4ª o 5ª, pero a mí me sigue haciendo reír como pocas.

Top Chef Just Desserts: Ahora que veo más realities de los que probablemente debería, tenía que añadir un bonus. A pesar de que los sandiazos y el chat están haciendo más entretenida a The Amazing Race, ahora mismo necesito mi ración semanal de Top Chef postres y todos los divertidísimos (y muchas veces incómodos) dramas que está ofreciéndonos. Y estoy deseando que empiece ya el Top Chef All Stars.

Y hasta aquí mi repaso. Habrá que guardarse una segunda parte para cuando, allá en febrero, la midseason nos traiga más títulos. ¡Y el verano, por supuesto! Aunque en la época estival la reina indiscutible es Breaking Bad :P



viernes, 15 de octubre de 2010

Esta entrada contiene spoilers

Se ha acabado El Internado y es imposible no enterarse. De hecho, es bastante difícil huir de detalles sobre el final de la serie. Es como cuando acabó Perdidos, de repente a nadie le preocupaba el tema del spoiler y… ¿Por qué debería?

Cuando ocurren este tipo de eventos, el debate sobre lo que es y lo que no es spoiler se reaviva. Hay todo tipo de argumentos con respecto al tema y hoy he decidido mojarme y contaros el mío.

Todo es spoiler. Si nos ponemos en el estricto significado del término, cualquier información adelantada que alguien lea o escuche sobre una historia, es dato non-grato. Pero… ¿Hasta qué punto?

Algunos se enfrascan en conversaciones sobre si algo deja de ser spoiler cuando se emite por primera vez, otros creen que una vez emitido en España ya se puede decir libremente y siempre están los puristas que no quieren oír ni media palabra sobre nada y consideraban saber en quién estaban centrados los episodios de Lost como algo spoiler. Hay opiniones para todos los gustos pero para mí la cosa oscila entre todas las visiones.

No voy a establecer un momento temporal en el que algo deja de ser spoiler porque creo que eso depende mucho de la naturaleza de la historia a la que pertenezca, pero si son títulos de otra década o, mejor, de otro siglo… Perdóname, pero no es spoiler.

Si no te has enterado que hay un personaje que muere en Ally McBeal a estas alturas, lo siento pero no es spoiler. Yo lo he sabido sin ver la serie y me aguanto. Si no sabes qué pasó al final con Ross y Rachel en Friends o Quién mató a Laura Palmer… Ya era hora que lo supieras. Lo extraño ya no es que no te hayas topado con ello hasta ahora sino que después de tanto tiempo de no ver esas series, ahora de repente te cause un trauma por "si algún día la ves".

Con el twitter la cosa se complica ya que el comentar las cosas a tiempo real o con el subidón del momento, a la gente se le suelen escapar detalles que otros consideran spoilers. Pero es lo que decía antes... El título de un episodio no es un spoiler, que tal personaje no aparezca no es un spoiler, que en Glee se cante tal canción no es un spoiler. Sí, muchos preferirían no saberlo pero el tema se ha llevado a unos extremos exagerados en cuanto a lo que se considera spoiler o no.

Dicho eso, no. No soy de esas que va soltando spoilers a diestro y siniestro y, aunque siempre defenderé lo que digo en los dos párrafos anteriores. Realmente creo que a nadie le cuesta nada avisar antes de escribir o soltar información delicada. Eso sí, tampoco hay que anunciarlo con megáfono y con luces de neón, que con el paso del tiempo la pestañita de “Atención Spoilers!” de ¡VayaTele! se come la mitad de la imagen. Yo aviso de spoilers, tú presta atención al leer.

Pero, al final del día, siempre hay uno que no puede resistir esa tentación de seguir leyendo para después acusarte de poner spoilers aunque lo avises. Pero eso es otro tema.



miércoles, 13 de octubre de 2010

Del papel a la pequeña pantalla (Parte 5)

Viendo el episodio de Fringe de la semana pasada, “Plateau”, no pude evitar acordarme de un relato corto de ciencia ficción que leí hace tiempo, “Flores para Algernon”. Es un relato muy conocido y premiado escrito por Daniel Keyes que después él mismo convertiría en novela.

Este episodio de Fringe está claramente inspirado en la historia de Keyes, cuyo protagonista es Charlie, un hombre de treintaymuchos de coeficiente intelectual muy bajo, que entra a formar parte de una investigación científica para aumentar la inteligencia mediante fármacos. El relato corto, y la novela también hasta donde tengo entendido, está escrito a modo de diario personal de propio Charlie y es interesante, tierno, triste y de lo más recomendable.

Recuperaré mis comentarios sobre este episodio tras la emisión de esta semana, que viene seguida por un parón de un mes que yo voy a amenizar con una review de este arranque de temporada. Hasta entonces, podéis hacerlos con la novela de Kayes. En Thebookdepository la tenéis en inglés y en la Fnac en español. Ambos son la novela, no he encontrado el relato corto.

Siguendo con televisión reciente inspirada o adaptada de libros, toca hablar de Rizzoli and Isles. Esta serie policíaca de TNT que ha cosechado buenas audiencias y críticas está basada en la serie de novelas de Tess Gerritsen, licenciada en medicina, física y antropología. Empezó escribiendo novelas de suspense con tintes románticos. En dos de esas novelas, presentó a Jane Rizzoli y Maura Isles como personajes secundarios que, posteriormente y las dos juntas, protagonizarían cuatro novelas más. Estas historias se catalogan como thrillers médicos con toques románticos que explotan la relación de sus dos protagonistas.

En thebookdepository los podéis encontrar en inglés y en La Casa del Libro en castellano.

En menos de un mes se estrena en AMC la esperadísima The Walking Dead, adaptación televisiva de la serie de novelas gráficas (o cómics, la verdad es que hay una zona intermedia que no diferencio) del mismo título que firma Robert Kirkman.

Rick Grimes es un policía de una pequeña localidad de Kentucky que junto a su familia y habitantes del pueblo forma un grupo de supervivientes cuando la tierra se ve infestada de zombis. Como aún estáis a tiempo de leer algo de la serie antes de que se estrene, os cuento cómo podéis conseguirla.

De los 12 tomos que hay en USA, hay 11 disponibles en España. Aquí, que yo sepa, sólo existen esta versión de tomo con 6 capítulos y podéis encontrarlo en la mayoría de las librerías (Fnac. Casa del libro).

Los yankies, además de eso, tienen la versión tomo de 12 capítulos en cuyas portadas hay un covert art y algunos bonus. De estos hay 6. Y, por último, existen las versiones limitadas Ómnibus, que incluyen 24 capítulos con varios extras. De momento hay dos de estos y en un par de meses sale el tercero. En la maravillosa TheBookDepository podéis encontrarlos todos, en inglés claro.

Y hasta aquí la entrega de series basadas en libros de hoy. Me dejo algunos nuevos estrenos que entran en esta categoría para futuras entradas, que de momento tenéis material de lectura ;) No olvidéis que en la sección de “Adaptaciones” podéis leer las entradas anteriores dedicadas estos libros que inspiraron series.

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viernes, 8 de octubre de 2010

Cómo es la TDT y cómo debería ser

La televisión americana nos saca 50 años de ventaja y eso se nota. Aunque ellos tienen tanta o más mierda que nosotros, su programación tiene una ventajosa característica desde hace muchos años: la segregación de audiencia. El cable, que nació como una solución a la mala recepción analógica de algunos estados perdidos del centro del vasto país, ha ido llevando la ramificación en la programación al extremo, ofreciendo canales con ínfimos índices de audiencia que se mantienen perfectamente gracias a esa especialización.

Además de eso, de un tiempo a esta parte, los responsables de las cadenas han dejado atrás ese concepto de “familia cenando frente al televisor” y han comenzado a primar los resultados demográficos y específicos en cada programa. ¿Por qué son tan importantes las demográficas? En esta entrada hablo de ello extensamente y os incito a leerla antes de continuar leyendo los próximos párrafos.

En resumidas cuentas, la calidad es tanto o más importante que la cantidad. En un país de 300 millones de personas hay gente para todo y esa variedad de canales disponible ofrece un amplio abanico de posibilidades para todos los géneros, edades, gustos y exigencias: el espectador obtiene lo que busca y el anunciante tiene localizado y concentrado al público que desea.

Hace muy poco, MTV ha comenzado las emisiones en abierto en TDT. A pesar de que mayormente comparto los comentarios que critican a la cadena ex-musical, realmente es lo que la televisión española necesita ser ahora y en la TDT es una gran oportunidad para comenzar.

Constantemente en mi entorno de trabajo escucho cosas como “no podemos expulsar a nadie”, “no puede ser demasiado juvenil” y demás exigencias que demuestran que aquellos que programan y producen siguen con esa idea de familia frente al televisor. No. Eso hace mucho que no existe y a nuestra televisión le está costando entenderlo.

Pero ya no es sólo el hecho de que las costumbres estén cambiando. Los jóvenes van envejeciendo y ocupando más universo de audiencia y pronto el modelo actual habrá quedado totalmente obsoleto. Creo firmemente que no es sólo problema de las televisiones sino también de los anunciantes, que aún no han sido capaces de ver la supremacía de la calidad sobre la cantidad de audiencia y sólo miran y exigen porcentajes de share y millones de espectadores altos. Es cierto que, como somos sólamente 45 millones de personas, las cifras de espectadores cuando se fragmenta la audiencia es muchísimo más pequeña que con los yankies, pero el valor de la calidad de audiencia, para mí, sigue siendo el mismo.

Es más. En Estados Unidos, series de calidad como Dexter o Mad men tienen una media de 2 millones de espectadores. Sí, 2 millones de 300. Pero ahí está el truco. Estos dos productos, extremadamente minoritarios desde su planteamiento, tienen ese público objetivo exigente que busca algo de esas características. Sin embargo, en España hay muchos públicos que no encuentran lo que buscan en televisión.

Gracias a la TDT los niños pueden, más o menos, encontrar dibujos animados a cualquier hora del día. Ahora está la MTV, con esa programación juvenil asquerosamente adictiva. Algunos canales, como Neox o Nitro, ofrecen programación más específica pero con un enfoque, para mí, erróneo.

Esas cadenas siguen con la mentalidad de tocar todos los palos. Neox Nova juega a ser cadena para mujer joven adulta pero su programación muchas veces no lo refleja. Nitro juega a ser una cadena para hombres jóvenes pero emiten series antiquísimas como Colombo. Que sí, que la nostalgia mola, pero que no os engañen... estos canales no sirven más que para sacar beneficios a coste prácticamente cero con series que ya tienen amortizadas desde hace mucho tiempo. Quitarle el polvo a las latillas que tienen por ahí y sacarse unas perras.

Y el colofón lo ha dado La Sexta, que abre un canal nuevo con ficción americana; un popurrí de series que ya han emitido ellos chorrocientas veces y con muy pocas novedades o unidad en su programación. En Estados Unidos tienen USA Network, con una programación más generalista dentro del cable. Digamos que es el carrefour del cable. Pero tienen UN carrefour. El resto son SyFy, AMC, Lifetime, TNT o Showtime, cadenas muy especializadas en un producto concreto. Nosotros, además del Carrefour, tenemos el Día, el Caprabo y el Eroski... y ahora La Sexta nos abre un Mercadona. Pues mira qué bien.

Independientemente de la calidad de las series, muy reprochable de un tiempo a esta parte, hasta las networks se especializan cada año más: ABC quiere dramas y público femenino adulto, FOX busca jóvenes en general y CBS es la cadena Bruckheimer, con lo que ello implica. CW es para chicas y NBC, eso sí, no tiene ni idea de qué hacer con su vida.

Por seguir con la comparación chorra de los supermercados, lo que le hace falta a nuestra TDT es una carnicería, una frutería y una pescadería. Canales especializados que ofrezcan programación a la señora de Soria que quiere ver el culebrón de turno y, a la vez, al seguidor de Broadwalk Empire que no sólo no quiere esperar dos meses a que la doblen o una semana a verla subtitulada, sino que quiere verla en pleno prime time, no en late night que es a donde relegan estos estrenos.

¿No había rumores de que TiVo iba a llegar a España? Pues tengamos una televisión en la que seguir varios programas que nos interesen personalmente la misma noche sea tarea imposible y necesitemos este fantástico sistema de televisión a la carta.

martes, 5 de octubre de 2010

¿Quedan superhéroes en televisión?

Greg Berlanti, uno de mis creadores favoritos, tiene nueva serie en la parrilla americana: No Ordinary Family, una dramedia familiar que bien podría llamarse adaptación de Los Increíbles a la pequeña pantalla e imagen real.

Hace ya cuatro años que se estrenó Heroes y tres que comenzó a hundirse a pesar de los intentos de NBC de convertirla en su serie insignia y, desde entonces, pocos se han atrevido a abordar el género de superhéroes como tal. Este año, la cadena del pavo real volverá a la carga con un drama sobre un buen policía al que inculpan de un crimen que no ha cometido y se ve apartado de su familia. Al puro estilo Batman, gracias a entrenamientos, trucos y tecnología, se convertirá en The Cape, un vengador. ¿De verdad la NBC se lo ha pensado bien?

A mí me da la impresión de que los poderes ya no se llevan. Ya no vemos en nuestras pantallas series como Lois y Clark, Flash o aquellos Batman y Robin con onomatopeyas gráficas. No de esa forma clásica al menos. Los poderes ya no están tan valorados y para muchos son una carga. En Misfits, ninguno de los protagonistas se sentía especialmente afortunado de haber recibido esos dones especiales, dones que ni siquiera les servían para mejorar su estado de repudiados sociales. En No Heroics, los ingleses vuelven a reírse de los superhéroes mostrándonos a un puñado de paletos perdedores cuyos poderes provocaban poco más que la risa.

Muy similares eran los personajes de la fantástica Carnivale, capaces de las habilidades más sorprendentes y relegados a un mundo oscuro, viciado, arisco y arenoso en aquel circo dejado de la mano de dios, nunca mejor dicho.

Ya no queremos héroes al uso. Ya no importa tanto lo que hacen con sus facultades sino cómo se amoldan a ellas. El tiempo de personajes como el de Kyle Chandler en Edición Anterior ha pasado. Quizá ese es el motivo, además de lo mala que era, para qué vamos a engañarnos, de que no han cuajado series como The Listener. Por eso hay que aplaudir a Smallville no sólo por ser una superviviente en este género, sino por conseguir superar año tras año eso de “la próxima temporada será la última”.

Ahora los héroes televisivos son otros. Son héroes de carne y hueso, del día a día que quizá la gente necesite reconocer como reales para sentirse mejor. Ya no sólo escasean los protagonistas con poderes sino que los villanos han dejado de ser sobrenaturales. De vez en cuando aparece una Buffy o unos Winchester, pero parece que el gran público, ese que se asoma poco a la televisión de género, quiere ver personajes con principios que defienden al ciudadano de a pie. Quieren ver a un Dexter que, incluso en su calidad de metódico asesino en serie, a quien se carga es a los malos. Quieren ver a una Nikita luchando contra sus orígenes al descubrir que estaba en el bando equivocado. Quieren a John Amsterdam, un hombre centenario que usa su vasto conocimiento trabajando como policía en Nueva York. Quieren a un pobre pastelero que puede resucitar a los muertos e ignora las posibilidades que le ofrece eso para hacer lo imposible por no perder al amor de su vida. Buscan a un cincuentón que decide traficar con metanfetaminas para ahorrar dinero cuando se entera de que en breve morirá de cáncer.

Disfrutamos viendo a Jack Bauer y su patriotismo extremo que tortura a quien se ponga entre él y la salvación de los Estados Unidos de América. Disfrutamos creyéndonos a una Sydney Bristow con tacones y barriga de seis meses subiendo por paredes escarpadas para salvar a su país y a los suyos. Los nuevos héroes son policías, forenses, médicos, espías, abogados… Tenemos héroes en Trauma, en Bones, en Rubicón, en Covert Affairs, en Fringe, en Battlestar galáctica o en The Wire. En Hermanos de Sangre o The Pacific sus protagonistas están tratados como auténticos héroes e incluso más de uno se uniría a mí al considerar a Cathy una heroína en The Big C.

El primer episodio de No Ordinary Family no es demasiado afortunado. Quiere poner todos sus elementos sobre la mesa presentando todo con tanta prisa que resulta muy poco creíble, demasiado forzado y a penas dando tiempo a que conectemos con sus personajes. Pero creo que sí acierta a la hora de mostrar el tono que pretende y de dejar claras sus intenciones. A mí no me engañan con ese cliffhanger patillero, yo se que estos Increíbles televisivos van a seguir en esta línea de nuevos héroes y seremos testigos de los estragos que van a provocar los nuevos poderes en sus vidas y sus relaciones. O al menos eso espero.

Por mucho que la NBC quiera intentarlo, las capas ya no se llevan. Las mallas son la moda de algunos nostálgicos en las más recientes temporadas televisivas y las criptonitas ya no son piedras verdes de un planeta perdido sino los propios héroes que tienen que luchar consigo mismos, sus deseos y sus vidas.. Porque ya se sabe que un gran poder requiere una gran responsabilidad que no todo el mundo puede asumir y que, como en Misfits, Pushing Daisies y muchas otras, esas habilidades se convierten en una carga que hacen que odies la sensualidad que antes explotabas con gusto o que no puedas tocar a la mujer que amas sin que muera como consecuencia.


lunes, 4 de octubre de 2010

CILFs

Iba yo el sábado dando una vuelta por un centro comercial cuando me detuve en una zona con colonias infantiles. Sorprendida me hallé al ver a Goku y demás compañeros de Bola de Dragón entre las Hannas Montanas, los Jonases Brothers y los Bobs Esponjas. Y no me preguntéis porqué pero mi primer pensamiento al verlo fue “¡Qué tiempos en los que pensaba que Trunks estaba bueno..!”.

Y he aquí esta entrada whatthefuckera, que podéis considerar Meme si gustáis, que pretende confesar esos CILFS (dibujos animados a los que me tiraría) que protagonizaron mi infancia y adolescencia. Vale, no voy a negar que el Príncipe de Persia siga siendo factor palote actualmente…

En Bola de Dragón había mucho músculo. Goku y Vegeta de superguerreros estaban la mar de revolcables pero yo siempre estuve coladita por el Trunks del futuro. Ahora no lo entiendo. Es posible que coincidiera con mi corto periodo de boy-band-girl cuando me gustaba Nick Carter porque ese pelo a tazón no puede ser más anti-libido. Menos mal que el superguerrero le queda bien a todos (menos a Krilín, el pobre).

Como buena adolescente, me tragaba todos los animes para niñas del momento, jugasen al tenis, al vóley o con cetros relampagueantes. En Sailor Moon encontramos un poco el síndrome “Sookie Stackhouse” y es que… ¿Quién se puede creer que casi todos los tíos de la serie, villanos o no, estuvieran detrás de la gritona y pesadísima Bunny? El Señor del antifaz, aunque tenía su morbo, era la elección fácil. Para mí el buenorrosiempre fue el Príncipe Diamante y su pelazo blanco… Si es que los malotes tienen ese nosequequequeseyó.

En Marmalade Boy, otra chonada, nos encontramos a Yuu , otro al que te dan ganas de calentarle las mejillas por gustarle la plasta de Miki. La vida está llena de Noels y siempre suelen gustarme y, en este caso, aquel pianista de pelo morado con horchata en las venas, Keikun, me hacía tílín.

De aquella época pre-adolescente podría añadir a alguno de los Caballeros del Zodiaco, como Shiryu, pero realmente, visto a posteriori, eran todos tan del otro equipo que me abstengo… Y no lo digo sólo por Andrómeda y su armadura rosa. Entre los futboleros, se que muchas elegían a Tom Baker pero yo nunca he sido de Beckhams… y me quedo con el Casillas de turno: Benji.

Ya sabemos que en Disney hay mentes calenturientas que nos quieren pervertir subliminalmente, pero lo suyo con los príncipes es claro y directo. De entre los más paloteros, que son Aladdin, Tarzan y Eric, creo que le quito el novio a La Sirenita... que yo siempre acabo babeando más por los monos (que no monescos) que por los machos.

A medida que avanzaba mi adolescencia, yo iba devorando más mangas y animes y añadiendo más CILFS a la lista. Las CLAMP tienen buena colección de muchachos pero, de elegir, me quedo con Sheishiro de Tokio Babylon y con el irresistible (y más gay que los Caballeros del zodiaco) Kamui de X, que tiene que salvar a la humanidad y eso, quieras que no, pone.

Kenshin es probablemente el manga/anime al que más cariño tengo y no es su protagonista, que parece una niña el pobre, el CILF más destacable. De nuevo, los chicos malos son los que más destacan y ahí tenemos a Enishi (al que le sobraban las gafitas de bibliotecario, todo hay que decirlo) y a Sagara Sozo. Pero ninguno llega a la altura de Aoshi Shinomori y su doble Kodachi. Dos espadas tiran más que una...

Mención breve al Cuarto Hokage de Naruto, una serie que me aburrió soberanamente tras el décimo tomo y el capítulo noventa. Aunque soy más de morenos, ese aura de misterio suya tenía mucho tirón. Otra mención va para Ashitaka, aquel jovenzuelo que andaba correteando por el bosque y la ciudad del hierro en La Princesa Mononoke, que además de mono, ecologista. Y no me olvido de Light Yagami de Death Note, otro que además de mono, es asquerosamente inteligente y poderoso.

Me despido con dos CILFS que aún en mi edad supuestamente adulta siguen entrando en mis hombres favoritos: Link y el Príncipe de Persia. Se que el primero tontea con un hada y tiene una obsesión con romper jarrones pero seguro que Zelda le daba dos, porque ha crecido que es un primor. El Príncipe de Persia podría dejar de hacer el cabra pero … ¿¡Qué queréis que haga yo si a medida que me voy pasando los juegos, él va perdiendo ropa y enseñando torso?!


Con todas las series animadas que han formado parte de nuestras vidas, me he dejado muchos CILFS en el tintero así que os animo a contarme cuales han sido los/las vuestros/as… bien sea en los comentarios o en vuestros blogs ;). Cuesta admitirlo pero sabéis que tenéis algún CILF en vuestra vida así que espero esos buenorros y buenorras animados.